febrero 01, 2016

Entre pinceles e historia.






Por Reno Massola

Pasaron inadvertidos para los transeúntes a lo largo de los años. Por estos días, el muro perimetral del Ministerio de la Industria Alimentaria muestra un colorido inusual. La que otrora fuera la renombrada compañía Nueva Fábrica de Hielo, alberga un singular patrimonio que abarca desde esculturas y  relieves en bronce que rememoran los inicios de la singular empresa y sus fundadores, vitrales alegóricos, hasta  chapas o tapas de las botellas de las bebidas que producían fundidas en morteros de cemento que hoy  llaman la atención de los viandantes.
Con la idea de enlucir el entorno del  céntrico edificio, la administración de dicho ministerio contrató los oficios de una  cooperativa no agropecuaria que se hizo cargo del difícil trabajo de restauración.
El diseñador y muralista  Luis Miguel Jiménez Rodríguez ha sido la mano detrás de los colores que resaltan las chapas de botellas de cervezas, algunas  ya desaparecidas, pero que alcanzaron gran renombre. Cuenta que personas mayores, vecinas del lugar, les han dicho que  nunca se había hecho tal obra, ni siquiera en su inauguración. Luis habla con satisfacción pues es uno de los trabajos más interesantes y exigentes que ha enfrentado y reconoce la importancia de la historia. También habla con orgullo de su joven hija Sheila Jiménez Alfonso que lo acompaña en la obra. Graduada de Bibliotecología,  Sheila labora con Luis en las encomiendas que realiza, ahora   como trabajador de la cooperativa, desde bien pequeña. De niña, dice,  le agarraba los pinceles al padre y actualmente también pinta en lienzos. Hoy, subida en los andamios, de trazo en trazo nos habla de la satisfacción que siente al seguir los pasos del padre.
En ambos se trasluce la pasión por lo que hacen y no son pocos los elogios que reciben de quienes por estos días “descubren” y disfrutan de estas singulares figuras que gracias a sus talentos cobran nueva vida, realzan el entorno y rescatan la historia.















enero 18, 2016

Retreta para un domingo (+ video)




Por Reno Massola

 Las retretas, definidas como esa  función musical nocturna al aire libre, generalmente en parques y paseos por una banda militar o de cualquier otra institución, no son un recuerdo de mi infancia.  Cuando nací ya casi no se daban en La Habana,  aunque en los pueblos del interior  conservaron la tradición.

Un domingo caminando por Regla, ese municipio habanero de  “ultramar”, buscando fotos distintas, sentí unos  instrumentos afinando cerca del parque. Allí me topé con la Banda Municipal. Era mi cumpleaños y decidí regalarme una retreta. Disfrute cada pieza  interpretada por músicos muy jóvenes mientras recordaba los cuentos  que los mayores de la familia hacían de sus   domingos del  pasado.

Y me alegra que se intente mantener  esta tradición que acerca la música  a los  parques y plazas. Y a los ciudadanos que se toman un receso en su bregar diario para escuchar una melodía que tal vez en el futuro les  traiga remembranzas como a mis abuelos.













enero 11, 2016

De puerta en puerta



Por Reno Massola

Cuando caminamos una  ciudad se nos escapan muchísimos detalles que nos hablan de costumbres, tradiciones y del espíritu del pueblo que la habita. Con paciencia y perspicacia podemos descubrir historias detrás de cada uno de ellos.  Alejo, mi profesor de Historia del arte, nos decía que  nos perdíamos la mitad de la ciudad porque nunca mirábamos para arriba. Y es verdad. 
Al  paso y con paciencia podemos admirar como se imbrica el pasado con el presente en los detalles de  las puertas, por ejemplo. Las  olvidadas aldabas, con la que llamábamos  a los vecinos, hoy sustituidas por un timbre o simplemente por los nudillos de las manos.  El hierro y el cristal remplazando la madera de antaño. El tiempo y sus  malos aliados carcomiendo la historia.
Podría parecer indiscreto ir de puerta en puerta, y más con una cámara fotográfica en mano.  Pero este no es el caso.